Como curiosidades del calendario chino, el miércoles 1 de Mayo es festivo así que el Gobierno decidió que el lunes y martes 29 y 30 de Abril también serían festivos para hacer un puente, pero que eso hay que compensarlo, así que el sábado y domingo 27 y 28 de Abril fueron laborables por aquí, todo no puede ser. Así que ese fin de semana me tocó currar, con la morriña del fiestón que estaba pasando unos cuantos km lejos de aquí.
Haciendo cuentas, el trayecto de 20 minutos en taxi salió a unos 10 euros… no se si me la metieron o no (yo creo que si) así que a partir de aquí, cada vez que compraba algo o pillaba el taxi tocaba negociar el precio de antemano, que sale un poco mas caro que utilizar el taxímetro, pero te ahorras sustos a la hora de pagar.
Pues eso, que a los 35ºC de las 11 de la mañana, llegué a Coron. Uno de los objetivos del viaje era desconectar un poco de los chinos, del ruido de la calle, de la contaminación… y casi lo consigo, si no llega a ser porque esta semana es medio-vacaciones en China y me encontré solo en la van rodeado de 12 chinos… y un conductor que buscando el Resort de dos viajeros se perdió en la isla, por suerte apenas tuve mas contacto con muchos chinos durante este viaje. Coron es un pueblito filipino situado en una isla. El pueblo en sí no tiene nada, filipinos y filipinas por las calles, mototaxis,… pero lo guapo está en el mar: hay montones de islas con playas de las guapas, de las de palmeritas y un agua templadita que da gusto. Pero para los buceadores lo mejor está por debajo: hay unos 8 barcos japoneses hundidos en la segunda guerra mundial y unos cuantos de ellos ya forman parte de arrecifes de coral, así que el sitio para bucear es de lo mejorcico.
Al llegar a Coron me di cuenta de que en los últimos meses me había olvidado de una cosa: lo que casca el Sol. Entre Lorenzo (o la Pachamama) y la humedad el paseo de reconocimiento que di sobre las 3 de la tarde acabó conmigo a la hora en la habitación del hotel dándome una ducha de agua fría.
Al menos esa tarde (la del lunes 29) me sirvió para reservar la salida de la isla el miércoles y contratar la salida de buceo del día siguiente, aunque con algunas dudas sobre mis habilidades debajo del agua.
- Hola, quiero ver si se puede salir mañana a bucear
- Muy bien, mañana iremos a tal barco, tal barco, profundidad 30 y pico metros…qué nivel tienes?
- Advance
- Cuantas inmersiones?
- Y hace cuanto tiempo que no buceas?
- Unos 7 meses
- (En ese momento se le cambió la cara al del club de buceo) Entonces mejor no entres en los barcos y haremos un tour por la superficie
Pero bueno, no fue tan mal, como me metieron con unos novatillos como yo y la guía era supergenial, la primera inmersión fue de reconocimiento y la segunda ya entramos en el barco. El Irako y el Kogyo Maru, y la tercera un coralillo. La visibilidad no era que te cagas (como en casa vaya) pero disfrutable 100%.
Al llegar al hotel (me alojé en el Seadive Resort, muy recomendable) fue la primera “Welcome to Philipinnes”, el barco del día siguiente se había pospuesto al jueves, por supuesto que sin ningún tipo de razón. Así que, quisiera o no, me tenía que quedar un día mas en Coron, y cambiar las reservas, pero bueno eso sin problemas.

A la vuelta es cuando me pegue otra de mis paquetadas: llegar al hotel, descargar, duchar… y me dijeron que había un atardecer espectacular desde un monte de por allí, que hay que subir unos pocos menos de 1000 escalones pero que se llega muy bien, a lo que pensé para mi “estará atardeciendo, no hará tanta calor e incluso en el montecito soplara algo de viento”…. Menuda sudada!!! Mi última camiseta limpia a tomar por saco!! Cuando vi a los side-car-taxis en la planta del monte y gente vendiendo bebidas me lo planteé, pero no pensaba que fuera para tanto, allí arriba todo el mundo estaba resoplando. Las vistas impresionantes, y merece la pena subir, pero hay que ir preparado.
Y a noche, cena “de lujo” la superguía Isa y algún instructor mas para la despedida de Miguel y Julia, con que llevaban una semana por allí. La historia de ellos dos es increible, pero lo mejor es lo buena gente que son. Su historia está por aquí: Out The Studio (merece la pena echarle uno o mas vistazos). La cena guay, pero no tenían nada de pescado, ni noodles de pescado… se notaba que el 1 de mayo (ese día) era festivo. Sin saberlo el buffalo-chicken, algo que bebí o no se lo qué, fue el comienzo del declive de mi viaje… y eso que fuimos a dormir a una hora prudencial.
En esta tienda compraba mis helados, el último día estaban tatuando a un tipo en la puerta.
Playitas que-te-cagas
Elecciones en Filipinas
Atardecer desde Coron
Pescaito (y moscas) fresquito!!
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