Our Camino must go on



martes, septiembre 18, 2012

Hong Kong bien merece una visitica


Y digo visitica como buen navarrico.
Tras un viaje extraño, sin nervios (malo para mi aparato digestivo) y sentimientos extraños arrivamos el domingo a la mañana a Hong-Kong. Tras un periplo en el aeropuerto, por fin pudimos hacer la escapada y visitar la ciudad.

La ciudad-pais tiene dos partes: la isla y la parte continental. En la isla es donde está el centro financiero, los edificios guapos y la pasta, aparte de los precios elevados. No tuvimos tiempo para llegar a allí, ya que en una tarde no da para mucho. Bueno, mas que una tarde, un par de horas. Aunque lo que vimos fue suficiente para llevarnos la imagen: el olor a comida llenaba las calles, habia gente por todos lados y el mercadillo por el que anduvimos... increiblemente poblado. Pero bueno, vimos lo que había, incluso a los pescateros callejeros (ver foto) que no solo tenian los peces ahi, a la intemperie con las tripas abiertas y sin limpiar, sino que detras tienen la pecera con las carpas que te van a matar cuando se lo pidas...

La parte comercial, la isla, la vimos de lejos. Tenía muy buena pinta. Por esa zona al otro lado de la Isla se veía mogollon de gente: turista, locales, gente corriendo, licenciados, bodas, jóvenes, viejos... un dato curioso: en vez de andamios por aqui utilizan plataforma hechas con... bambú. Edificios de mas de 30 pisos envueltos en este material que se une con cuerdas, y la gente se sube a trabajar. Curioso es poco.

A la comida nos llevaron a un restaurante con un comedor pequeñito: de unas 500 personas, y estaba lleno!! todo mesas redondas, siguiendo la tradición de los chinos que las utilizan para poder tener relacion con todos los comensales. Y la comida... nos guió un local, y... uno por uno los platos no eran nada del otro mundo, pero finalmente el regusto final fue muy bueno. Y ademas, el precio... por menos de 8 euros por barba, y eso que dijo que los entrantes eran supercaros. No quiero pensar en lo que costó la cena de la noche, en un restaurante de lujo en Shenzhen.

A la tarde-noche cruzamos la frontera de Hong-Kong con China y llegamos a Shenzhen. Alli, no hay mucho para ver: lo mas espectacular la carretera. Cada uno a su bola, miles de motos, miles de coches, miles de peatones... hay que aprender a cruzar la calle en China (consejo: sigue a los locales, lleva paso constante y no te pares, ya pararán los coches) porque si no las pasamos canutas. Si veis la foto de la moto... asi habia bastantes, pero en vez de eso rojo una de las que vimos llevaba 9 cajas de las de la huerta, de plastico azules... y un camion trasportando plástico... ocupaba mas de 2 carriles, sobresalian las bolsas por todos los lados.

Si se dice que Spain is different... no se lo que pasará con China...

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